¡Qué pasa! ¿Cómo va todo? Aquí estoy otra vez, el sobrino de la Encarnita contándote sus historias.
Hoy, te quiero hablar de plantar árboles.
Y es que, desde que me vine a vivir aquí, uno de mis grandes objetivos ha sido plantar algunos arbolitos.
Siempre me ha gustado la idea de plantar un árbol. Dar vida a algo que te va a sobrevivir y que sobrevivirá a tus hijos y nietos tiene mucho de poético, ¿no te parece?
Y, nada, vamos a hablar de plantar árboles.
Lo primero, lógicamente, es tener en cuenta el terreno que tienes en casa.
Si no tienes mucho terreno, no vas a poder plantar muchos árboles. Y si vives en un piso, no podrás plantar ni uno (salvo en alguna maceta, quizá).
Esto es de sentido común.
Pero no hay por qué preocuparse: Si tienes poco terreno, puedes plantar uno o dos. Si no tienes nada de terreno, puedes plantar el árbol en el monte.
A fin de cuentas, ¿qué importa no tenerlo en tu propia casa?
Lo importante es plantar un árbol que te sobreviva. Un árbol al que puedas llevar a tu hijo y decirle que lo plantase tú y que él tendrá que cuidarlo cuando tú ya no estés.
Lógicamente, existe el riesgo de que ese árbol desaparezca. Por mil motivos.
Pero, oye, menos da una piedra.
En cualquier caso, sí, es mejor plantar los árboles en tu propio terreno. Así lo tienes todo más controlado.
A nadie se le escapa que hay gente que planta árboles para tener frutas y, si no da frutas, pues le pega un mochazo y a otra cosa.
Pero los hípsters que venimos de la ciudad como yo sentimos que hay algo más. Ya te lo he dicho: Hay algo poético. Algo trascendental.
No tiene por qué ser siempre así y no pasa nada por que no sea así. Pero puede ser así.
Eso es lo importante.
Por eso, tienes que saber para qué quieres el árbol.
Entre otras cosas, porque el para qué quieras el árbol determinará qué árbol debes plantar.
Si quieres frutas, pues necesitarás el frutal que da esa fruta. Si quieres sombra, necesitarás una morera. Si quieres un árbol bonito, pues tendrás que elegir uno que te guste.
Lo importante es que tengas claro lo que quieres y la mejor forma de conseguirlo.
Luego está el tema de qué plantar.
Y aquí hay varios aspectos a tener en cuenta:
Y hasta aquí llegamos hoy.
Cuando se dice aquello de “plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo”, lo que en realidad se quiere decir es “busca la trascendencia”, “deja algo en el mundo que te sobreviva”.
Aprovechar el terreno de tu casa para plantar algún que otro árbol es una buena forma de empezar, ¿no te parece?
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