Ocho curiosidades sobre el calabacín y varias ideas de cómo cocinar el vegetal del verano
El verano es la etapa de cosechar y comer montones de calabacín (aquí puedes compar las semillas), porque este vegetal necesita climas cálidos para crecer. Este año, gracias al calor que hemos tenido también en el norte de España, tenemos muchísimo calabacín para comer de mil maneras.
Hoy desde tu Revista Enlago, vamos a aprender curiosidades del calabacín que te van a encantar y te daremos ideas para comerte este vegetal de nuevas formas.
El calabacín, ¿es verdura o fruta? El calabacín es una curbitácea, como la sandía y el melón. Por este motivo, aunque siempre hablamos del calabacín como verdura, en botánica es una fruta. No solo sucede con este vegetal, también el tomate, la berenjena, el pepino y el aguacate, aunque se venden como hortalizas, serían frutas.
Muy buenas propiedades alimenticias. Aunque este alimento es bajo en proteínas, pero tiene propiedades muy beneficiosas como potasio, fósforo, magnesio y calcio, y también, aunque en menor medida, hierro, zinc, sodio, manganeso, selenio y cobre. Además, la Sociedad Española de Oftalmología afirma que el calabacín contiene muchos fitonutrientes importantes dentro de la familia de los carotenos como la luteína y la zeaxantina (nos ayudan a mejorar la visión). Aquí también puedes encontrar semillas ecológicas de calabacín.
Casi todo es agua. El 95% del calabacín es agua. Lo que se traduce a que tiene muy pocas calorías. Concretamente, alrededor de 20 kcal por 100 gramos de calabacín.
El cultivo de calabacín necesita luz y calor. Por tanto, la mejor fecha para plantar calabacín es primavera. Haz tus semilleros a finales de invierno o comienzos de primavera y planta en el huerto entre abril o mayo y junio, según si hay lluvias o no donde tú vives. Así va ir recibiendo el sol que merece y que necesita durante el verano. De todos modos, mucho calor puede ser muy negativo, así que si vives en zonas extremadamente cálidas, adelanta su cultivo. Se van recolectando según tengas buenos calabacines en tus plantas. En veranos calurosos como este de 2022, están saliendo unos calabacines estupendos, por lo menos en los campos asturianos.
El calabacín es muy poco exigente con sus cuidados. Aún así, tienes que saber que no tolera bien las heladas pero sí necesita de agua. Tanto en el semillero, como cuando plantes tu calabacín en la huerta, riega de forma abundante. Luego, durante su periodo de crecimiento, riega el calabacín a menudo. Es mucho mejor regar alrededor de la planta sin llegar a mojar el tallo. Si usas humus de lombriz líquido ayudarás al proceso.
El calabacín crece rápido y mucho en un huerto. Para que te hagas una idea a la hora de calcular cuántos calabacines plantar: si todo sale bien y las condiciones del clima ayudan, unas 6 plantas de calabacín dan frutos para unas cuatro personas, durante meses.
Almacena tus vegetales en un sitio fresco. A pesar del calor que necesita mientras está en la tierra, en el momento en que coseches tus calabacines, si no lo vas a consumir muy pronto, escoge una zona fresca, seca y con ventilación. Lo idóneo es mantenerlos 10 y 20 ºC.
Puedes congelar el calabacín. Si tienes huerta o una persona cercana con huerta y has acumulado grandes cantidades de calabacines gigantes, puedes congelar este vegetal para usarlo más adelante y también seguir aprovechando sus delicias en invierno. Debes cortar y trocear el calabacín, según el futuro uso que le vayas a dar. Así ocupas menos espacio en tu congelador.
Este vegetal es genial para freír, cocer, hacer al horno e incluso para comer crudo. Es muy versátil y te damos unas cuantas ideas para comer bien, rico y variado.
Crema de calabacín. Una receta muy sencilla, recurrente, sana e ideal para toda la familia, también los bebés que ya comen vegetales y frutas. Cada familia tiene su secreto para hacer la crema a su gusto, pero una opción ideal es cocer trozos de calabacín cortados en cuadrados anchos, con patatas y una zanahoria, todo con sal. Los sacas para batir, le añades pimienta negra (y hay quien le pone algún tipo de queso) y solo tienes que triturarlo todo. Genial para el verano y para el invierno.
Tortilla de patata con calabacín. En vez de la eterna discusión española de si una tortilla de patata tiene que llevar cebolla o no, añade nuevos ingredientes sanos y ricos como este vegetal del que estamos hablando. Es una delicia. Eso sí, cuájala bien porque el agua del calabacín puede hacer que tu tortilla se rompa al darle la vuelta.
Musaka u otros “pasteles” de vegetales al horno. El calabacín es genial para el horno. Aunque la musaka sea tradicionalmente con berenjena, carne picada, vegetales varios, huevo y en algunas recetas, bechamel, puedes versionar este plato usando calabacín en la base, la separación entre capas y sobre todo el plato. Y luego ya entre las diferentes capas de calabacín metes lo que más te guste y mejor combine con este vegetal y lo metes todo al horno. Otra versión es hacer una quiche con masa quebrada, huevo y queso y donde predomine el calabacín.
Calabacín crudo acompañando diversos platos. La mejor forma de disfrutar del sabor del calabacín crudo es o cortado o en círculos muy finos o rallarlo con una mandolina hasta que queden finas tiras. Y esto podrás combinarlo con muchos platos. Puede acompañar a cualquier ensalada, servirte como aderezo a una pasta o a unas lentejas o a un plato de quínoa o arroz. También puedes hacer un carpaccio de calabacín, donde este vegetal sea el ingrediente principal con aceite de oliva y le añades otros ingredientes que te gusten como unas almendras. Puedes también cortarlos como si fueran tallarines y añadirles lo que más te guste para una pasta.
Calabacín relleno. Hay dos formas. Por un lado, puedes ahuecar todo un calabacín y rellenarlo de otros alimentos, como carne, otros vegetales, queso, huevos o salsas varias y lo metes al horno. Otra forma es cortar el calabacín en tiras anchas y largas. Rellenas esas tiras por el centro, como si fueran pasta de ravioli, y lo cierras en forma cuadrada. Puedes freír estos ravioli especiales o hacerlos al horno
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