A Myriam siempre le encantaron las plantas. Su abuela ya tenía cuando ella era pequeña. En el 2012, cuando aún vivía en ciudad, comenzó a cuidar de sus primeras suculentas. "Son plantas muy bonitas y tienen algo muy positivo y es que es muy difícil que mueran puesto que necesitan poco riego". Y ahora vive en un lugar idóneo en el que puede pasar horas al día dedicada a ellas. Y así lleva ahora a la espalda muchas horas de aprendizaje, del desarrollo de nuevas técnicas, de práctica. Desde su casa en San Justo, en el concejo de Villaviciosa, lo primero que hace Myriam tras desayunar es bajar al porche a encargarse de sus plantas, sus semilleros y los vegetales que comienzan a crecer en macetas, antes de llegar a la huerta.
Myriam y su pareja Suso llegaron a esta aldea del norte de Asturias a finales de 2017. En aquel momento, con cinco macetas con plantas en la maleta. "Y ahora no sé cuántas tengo" bromea. Son muchas, lo corroboro. Habría que dedicar un tiempo grande al conteo. Sus favoritas: "me encantan las plantas de interior como los pothos, que son muy dificiles de morir, las tradescantias, las flores, sobre todo los jacintos, que son muy bonitas y tienen muy buen olor... ". Los jacintos, cuenta la ahora experta, no vienen de semillas, sino de bulbos, que muere una vez al año y reviven al año siguiente. También tiene una gran cantidad de plantas medicinales como aloes, caléndulas o manzanilla. Y, cuando Myriam cocina y se le ocurre alguna hierba aromática con la que aderezar alguno de sus platos, solo tiene que salir al balcón y rebuscar entre las macetas cuál es el condimento natural que mejor pueda complementar su receta.
Un huerto fallido y su ahora huerto ecológico próspero
En la primavera del pasado año 2018, Myriam comenzó un huerto donde plantó los frutos de los semilleros que había comenzado a hacer a lo largo del invierno anterior y, que resultó tener varios fallos. "Ensayo y error", comenta que fue el sistema de aprendizaje: "fue todo bastante experimental, fui observando y aprendiendo". Lo primero fue decidir qué es lo que quería plantar y, tras esto, comprar las semillas y, luego, "iba viendo si iban naciendo los semilleros y las plantas o si iban muriendo, y empecé a investigar cada tipo de cultivo de forma independiente". Esto sirvió de aprendizaje junto a todos los artículos leídos a través de muchas fuentes que encontró por Internet.
No todo fue malo, algunos cultivos se dieron bien el año pasado como las berenjenas, las calabazas y los pepinos. Y como grandes enemigos se encontró "sobre todo con caracoles y babosas," y es que Myriam tiene gatos y perros que se pasean por la finca y esa es una de las principales razones por las que no quiere utilizar productos químicos. Se ha decantado por los productos ecológicos. Esto le trajo más aprendizajes: por ejemplo, si en vez de lechugas de hoja verde como las trocadero, se cultivan lechuga de roble, que a las babosas no les gustan, no habrá problema con estos animalitos.
Mayores errores de su primer huerto que ahora han sido solventados
"El fallo más grande que cometí el año pasado porque no me había dado por investigar, fue que planté las semillas muy profundas y de muchos semilleros no salió nada. Estas necesitan estar, como mucho, a un centímetro de la superficie en la mayoría de los casos". Otro error fue poner el huerto en una parte de la finca con poco sol. "Para las berenjenas y lechugas fue bien xq el exceso de sol puede afectarles pero para el resto, este año creé un nuevo huerto en una parte más soleada", explica Myriam.
Consejos de experta
En este proceso intensivo que lleva a sus espaldas, Myriam también descubrió que hay fórmulas para hacer frente a las babosas que tanto aman la tierra de la zona de Villaviciosa y que son naturales: los posos de café seco sobre las plantas son muy útiles ya que a estos animales no les gusta y lo evitan. "También se puede diluir los restos de café que quedan en la cafetera, en agua, y regar las plantas con ello. Tiene nutrientes y si lo echas alrededor de la planta hay animales que no se acercan porque no les gusta". Ahora bien, hay que tener en cuenta que si llueve, esto ya no sirve.
Otro consejo que descubrió y que le fue muy útil es que "las cáscaras de huevo son muy buenas para el suelo y también repelen a algunos de los mencionados animales. Tienen propiedades nutrientes para las plantas, sobre todo calcio". Explica la joven agricultora que "la cáscara de huevo seca, sobre todo del huevo cocido, se ponen alrededor de una planta. aporta nutrientes y evita que vayan babosas y caracoles y les resulta desagradable. Y tb se pueden compostar y es muy buen nutriente en el compost, al igual que lo son las hortigas o zarzas (artos, como se dice en asturiano).
Además, recomienda poner los huertos en espacios abiertos y con orientación sur y "no plantar sin saber ya que es muy importante estudiar qué cultivos se pueden asociar y cuáles no. Hay que mirar qué plantas se ayudan y compensan y cuáles no compiten por los nutrientes". ¿Un ejemplo? "Las aromáticas, mantienen alejadas las plagas, así que es común plantarlas entre los tomates".
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¿Algún otro consejo? "Sí", dice Myriam, " el pasado año coloqué demasiado juntos los calabacines en la huerta y al final de los seis plantados, solo uno fue productivo". Por tanto, hay que dejarles distancia entre unos y otros.
Para conocer más sobre este paraíso de plantas y cultivos, puedes consultar el Instagram que Myriam ha creado para ello.
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