Día del Medio Ambiente: 10 pequeñas cosas que todos podemos hacer para protegerlo
El día 5 de junio fue el Día Mundial del Medio Ambiente. No nos olvidamos. ¿Cómo vamos a olvidarlo si en Piensos Lago nuestra vida gira en torno a la agricultura, ecología y demás asuntos que la naturaleza nos regala? Solo que estamos hasta arriba de trabajo (no olvidemos que están ahora los huertos a tope de rendimiento) y no hemos podido dedicar un tiempo a contaros esas pequeñas cosas que podemos hacer día a día, si no queremos que nuestra madre tierra se nos vaya a la mierda (con perdón).
Para empezar, si lees nuestra revista, probablemente es que tengas tu propio huerto o que cries animales de granja. Y, en caso de ser esto cierto, si tienes tu huertita pequeña para autoconsumo, eso te hace ser la persona más ecológica que conozcas (a no ser que te rodees solamente de otros agricultores que hagan lo mismo). Por qué soy ecologista si no reciclo te preguntarás. Pues porque en este mundo consumimos alimentos por encima de nuestra posibilidades y no los estamos produciendo. Para ello traemos la comida de lugares donde se han cultivado, a miles y miles de kilómetros, con el transporte que eso requiere y con las deforestaciones que a veces supone (¿sabes de dónde vienen la mayoría de cosas que comemos?).
Antes de reciclar, procura no hacer uso de plásticos que no vayas a tener la oportunidad de darles más uso. De hecho, si produces tu propia comida, una vez más eres ecológico, ya que no precisas de bolsas en tus visitas a la frutería de un supermercado. Si vas al mercado o super, lleva tus propias bolsitas y evita los alimentos que vienen empaquetados sin necesidad.
Cuando te vayas de excursión con bocadillo en la mochila, o alguien cercano a tí lo haga, no uses papel de aluminio (aluminio caca). Guarda la comida en un tupper, en una bolsita de papel o envuélvelo en una servilleta.
Si compras comida envasada, procura que ese envase sea reutilizable. Por ejemplo, un vidrio con garbanzos, puede luego ser una maceta.
Si fumas, no tires tu colilla al suelo. Aunque estés en una ciudad de interior, puede acabar en el agua, y finalmente, en algún momento desembocar en el mar. En general, no dejes nada tirado en el suelo. Si vas de fiesta con amigos o de picnic, recoge cualquier basura que crees.
No tires toallitas húmedas al váter.Así como el papel higiénico está hecho para disolverse en el agua, las toallitas húmedas lo único que hacen es formar una masa gigante que, además de poco ecológica, cuesta millones de euros limpiar. Sin ir más lejos, el pasado mes de marzo, El Ayuntamiento de Valencia se gastaba nada menos que 8 millones de euros en desatascar 5.000 toneladas de residuos y es que había en un colector, un atasco de 3,5 kilómetros provocado por estas toallitas.
Hace unos días, la empresa tecnológica Cleanfox publicaba que por cada email almacenado en nuestro correo produce diez gramos de CO2 son generados al año. Y cada día se envían en el mundo 293.000 millones de emails, según cifras del 2019, siendo el 90% de ello spam. Por tanto, estamos emitiendo gases a la atmósfera innecesarios por correos que ni abrimos. Limpia tu mail. Puede ser tedioso pero incluso tú agradecerás conectarte y no encontrar cientos de correos de asuntos que no te interesan. Date de baja de esas alertas y newsletters que no sabes ni cuándo aceptaste recibir.
Reduce tu consumo de carne. Si no quieres hacerte vegetariano o vegano, al menos come menos carne, sobre todo la de ternera. Gran parte de la deforestación de la Amazonía viene por preparar terrenos para el ganado vacuno por poner un ejemplo. Y, sin ir tan lejos, la FAO u Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura dice que se requieren unos 15.000 litros de agua para generar un kilo de carne.?
Evita la calefacción y el aire acondicionado cuando no sean realmente necesarios
La bicicleta, las piernas y el transporte público, pueden ser mucho más útiles que el coche.
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