Covid-19 y todas las razones que nos motivaron a donar 5800 mascarillas
La crisis del Covid-19, un virus que tiene una gran capacidad de contagiar está dejando a su paso miles de muertos. Y son las personas de mayor edad las que más están sufriendo esta crisis sanitaria.
Al mismo tiempo, la emergencia global, que hace que millones de personas necesiten suministros sanitarios, sumada a que en China, un país del que se compran muchos productos, la producción se redujo en los últimos meses a causa del mismo coronavirus, encontramos que en muchos centros de cuidados, las personas que necesitan, sí o sí, compartir espacios, no tienen material para protegerse, porque no se puede encontrar fácilmente en el mercado. Es decir, no es solo la falta de presupuesto que muchas empresas puedan tener ahora para un alto gasto en materiales. Es que ni siquiera es fácil encontrar ahora mismo esos materiales disponibles para comprar.
Hace tres días, en Piensos Lago recibimos una muy buena noticia por parte de unos proveedores: por una incidencia en su transporte, tenían en su poder cerca de 6.000 mascarillas y nos las ofrecieron para poder venderlas nosotros. Desde el primer momento, supimos que no las venderíamos, sino que era una oportunidad que se nos brindaba para devolver a nuestra comunidad todo lo que siempre han hecho por nosotros. Piensos Lago es una empresa asturiana, nacida en El Entrego en el año 1962, una localidad de la Cuenca Minera del Nalón. De aquí somos, aquí crecimos y aquí tenemos a nuestros vecinos y vecinas y nos vimos en la obligación de comprar las mascarillas para donarlas.
Las residencias de ancianos son uno de los lugares que más están sufriendo por la crisis de este virus que está acabando con vidas de miles de personas. Se calcula que uno de cada tres fallecidos desde que comenzase esta epidemia en España, vivía en una residencia de mayores. La gente, que tanto hizo por las nuevas generaciones, nuestras madres, padres, abuelos y abuelas están ahora en riesgo. Muchas de las personas que ahora viven en residencias de ancianos son parte de la familia de Piensos Lago, han sido clientes toda la vida.
Al mismo tiempo, las trabajadoras de este sector, que a diario salen a sus casas y vuelven a sus lugares de trabajo, están sufriendo por la posibilidad de ser ellas quienes puedan contraer el virus y, sin saberlo, llevarlo a las personas más vulnerables a las que atienden. No hay que olvidar que un gran problema del Covid-19 es que, quien lo contrae, no suele saberlo hasta un tiempo después y, mientras tanto, puede contagiar a otros.
De hecho, en una de las residencias de la comarca, muchas trabajadoras han decidido, por voluntad propia, confinarse en su lugar de trabajo, para no tener que salir. Y conocemos de otras profesionales sanitarias que, a falta de materiales disponibles para comprar, están usando sábanas y filtros de aspiradoras para crear mascarillas que puedan proteger a las personas de algún modo.
Por todo esto, desde el momento en que recibimos el correo de nuestro proveedor, anunciando que tenía disponibles mascarillas, guantes y geles, decidimos que para ellas iban a ser estos materiales. Ya se ha hecho el reparto de las casi 6.000 mascarillas que compramos. Vienen acompañadas de guantes , gafas y gel hidroalcohólico .No sirven para hospitales en los que hay muchas personas contagiadas. Son las llamadas de tipo quirúrgico que sí sirven útiles para evitar contagios o que las gotículas de la saliva, tan peligrosas ahora mismo, se paseen libremente por estos espacios cerrados.
Cuando Ramón Lago, gerente de la empresa, habló con las directoras y trabajadoras de estos centros de mayores había algunas personas que incluso lloraban por la desesperación y la impotencia que sienten hacia esta situación a causa de un virus que, en todo el mundo, se ha cobrado muchas vidas y es muy difícil prevenir por lo sibilino que es. Algunas intentaron en muchas ocasiones hacerse con equipos de protección, sin éxito, porque las empresas productoras no los tienen disponibles ante la alta demanda mundial. Piensos Lago siempre ha tenido mascarillas en su oferta. Pero las ventas podían subir a 700 al año y a unos 2.000 guantes. Ahora se han agotado todas las que tenían. Ya antes de que la crisis del coronavirus saltara por los aires.
"Mis compañeras y yo estamos muy estresadas, tenemos ahora mucha responsabilidad, una alta carga de trabajo, mucha tensión. Tras acabar las horas de trabajo, nos encerramos rápidamente en casa, no podemos ver a nuestros hijos y nietos, como le está sucediendo a todo el mundo. Hay gente mayor, con problemas de memoria, que estaba acostumbrada a salir a diario a comprar por ejemplo el periódico y ahora son incapaces de comprender este confinamiento y están tensos, hacen la convivencia al resto muy complicada. También el hecho de que no puedan recibir visitas tiene a las personas muy tristes. Y a todo esto se nos suma la falta de material para proteger a los ancianos", explica una trabajadora de uno de estos lugares.
El reparto se ha hecho tanto en centros públicos, como privados de la región de las Cuencas Mineras y, de forma repartida según el número de usuarios de cada centro. . Quienes han recibido estos materiales son Residencia Virgen del Carbayu , Centro Gerontologico de Ablaña, ?Residencia los Fresnos en La Felguera, Centro Mental Sama ( La Motona), Residencia Geriátrica Rivera Onis ( El Entrego), Residencia Santa Bárbara (Sotrondio), Residencia San José (Ciaño), La Flor (Lada) y Residencia El Nadal.
Son tiempos muy duros para todos. Solo queremos recordar que es momento de "arrimar el hombro", de ser responsable. De confinarnos en casa, si podemos. De ayudar si hay la posibilidad y los recursos para ello. En Piensos Lago hemos tenido que mantener unas horas de trabajo porque vendemos comida para animales, que es un bien de primera necesidad. Muchos de nuestros clientes y clientas trabajan en la ganadería y en la agricultura y no pueden parar su actividad porque animales y plantas necesitan cuidados, haya virus o no los haya.
Hay que recordar que las horas de apertura en nuestras tiendas están, de todos modos, limitadas a las mañanas. Nuestro personal tiene que estar lo más protegido posible, por lo que también agradecemos a nuestra clientela que venga con calma a las tiendas, y que procuren comprar todo lo necesario para varios días en tan solo una visita. Además, se pueden realizar compras a través de Internet. De ese modo, la relación entre personas se reduce de forma considerable.
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